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jueves, 15 de octubre de 2009

Ciudadano Rinoceronte

Hace unos meses leí que los animales africanos del zoológico de Valencia iban a ser trasladados al famoso Ecoparque. Entonces pensé en el rinoceronte. Podría haber pensado en las avestruces, sí. Pero pensé en el rinoceronte.
¡IMAGINAD! A ese rinoceronte entrando a esa sala de paredes blancas ¡IMAGINAD! Esas paredes de color blancas de apariencia plástica, sentándose en una ridícula silla de esqueleto fino. Más fino si cabe contando con que el culo de ese rinoceronte es enorme. Ese rinoceronte esperando en esa sala minúscula sin saber muy bien que hace ahí. Tras un rato, imaginad que un chico bastante joven con una camisa blanca y una corbata negra entrase. Le mirara a los ojos y dejara una hoja delante del rinoceronte.
-Esto es para que lo firmes.
¡IMAGINAD! A ese rinoceronte sin entender nada. Preguntando:
-¿Esto para qué es?
-Es para hacer un traslado de zoológico.
¡IMAGINAD! A ese rinoceronte oyendo zoológico. Sabiendo que aunque lo cambiamos de nombre, es una nueva prisión. Ese rinoceronte que lleva quince años cumpliendo su delito con la sociedad en una jaula.
¡IMAGINAD! A ese rinoceronte que está arto. Que desea la libertad que piensa que ya se merece, dando un golpe en la mesa.
-¡Llevo quince años en prisión! Merezco una reinserción en la sociedad.
¡IMAGINAD! A ese funcionario sudando y mirando al espejo que hay en la sala, esperando encontrar la mirada de sus jefes. Ese funcionario que llevaba un día redondo, en el cual ya habían firmado el león, las avestruces, hasta el oso polar que ni es africano... y ahora se había topado con un rinoceronte revindiquista de sus derechos. Por un segundo se acuerda de su pueblo y de cuando fue a la gran ciudad.
¡IMAGINAD! Que el delito de este rinoceronte fue robar un bote de nutella en un supermercado y tras revisar su caso un juez decide que tiene razón, y es hora de que se inserte en la sociedad.

Mi duda es ¿Está esta sociedad preparada para la reinserción de ese rinoceronte?
¡IMAGINAD! A ese rinoceronte entrando en el metro, el cual no está habilitado para rinocerontes. Pero lo difícil es ver a esa madre cogiendo a su hija y mirando de re-ojo al rinoceronte. Ver a esa anciana cogiendo el bolso con fuerza cuando entrase.

¡IMAGINAD! Que este rinoceronte tuviera que irse a otro país para poder vivir.

¿No es esto triste? Pensarlo.

Manu Draco

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